Durante los meses sombríos del año, muchas personas sufren fatiga estacional, a menudo denominada depresión invernal. Según Frank Felte, fundador de Natura Vitalis, uno de los principales desencadenantes de este trastorno estacional es la falta de luz.

La depresión invernal es un fenómeno que ocurre principalmente en los meses oscuros del año. La baja exposición a la luz se cita a menudo como la causa principal de este estado de ánimo depresivo estacional recurrente. Además de la falta de luz, también se discuten como factores contribuyentes, como un metabolismo desregulado o una actitud generalmente negativa hacia la estación fría. Los enfoques terapéuticos naturales como la fototerapia, la hierba de San Juan y las actividades regulares al aire libre suelen resultar eficaces para aliviar los síntomas y como medidas preventivas.

“Es importante distinguir entre el deterioro estacional del estado de ánimo y la verdadera depresión invernal. Este último se caracteriza por síntomas similares a la depresión clínica, pero sólo aparecen durante la estación oscura”, explica Frank Felte, el cerebro detrás de Natura Vitalis. La empresa es pionera en el campo de los complementos nutricionales naturales desde hace años y concede gran importancia al desarrollo científico de nuevos productos para la salud (www.naturavitalis.de).

Un rasgo característico de la depresión invernal no es, paradójicamente, la falta de sueño, sino una mayor necesidad de dormir. A pesar de las fases de sueño prolongadas, los afectados suelen sentirse inquietos y sin energía. A diferencia de la depresión clásica, la pérdida de apetito y de peso son raras. En cambio, muchos pacientes desarrollan mayores antojos de alimentos dulces y ricos en carbohidratos, lo que a menudo conduce a un aumento de peso.

Otros síntomas incluyen falta de impulso, somnolencia diurna, concentración y rendimiento reducidos y aislamiento social. También pueden aparecer síntomas psicológicos como ansiedad, irritabilidad y otros trastornos emocionales. Tampoco son infrecuentes las molestias físicas como dolores de cabeza, problemas digestivos y tensión muscular. "La falta de luz en invierno afecta al metabolismo cerebral y provoca una mayor liberación de la hormona del sueño melatonina por parte de la glándula pineal", explica Felte. Este desequilibrio hormonal también puede afectar negativamente a la producción de la hormona de la felicidad, la serotonina, que sigue siendo investigada científicamente.

Además de los métodos de tratamiento establecidos, cada vez más personas recurren a alternativas naturales como el cannabidiol (CBD, www.naturavitalis.de/CBD-HAPPY-SOFT-GUMS.html). Según Natura Vitalis, combinar CBD con vitaminas y minerales como vitamina C, B6, manganeso, zinc y ácido fólico puede contribuir significativamente al alivio de los síntomas. "Esta mezcla especial puede favorecer la salud mental y la función del sistema nervioso, reducir la fatiga y regular la actividad hormonal, lo que aumenta la sensación general de bienestar", dice Felte. El cannabidiol, comúnmente conocido como CBD, es un componente no psicoactivo de la planta de cannabis que puede proporcionar una variedad de beneficios terapéuticos. Es importante destacar que, a diferencia del THC (tetrahidrocannabinol), el CBD no tiene un efecto intoxicante y, por tanto, está disponible legalmente.

“Muchos estudios han demostrado que el CBD puede ser una opción de tratamiento prometedora para diversas formas de ansiedad, incluido el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de pánico, el trastorno de ansiedad social y el trastorno de estrés postraumático. El CBD afecta a los receptores de serotonina del cerebro, que desempeñan un papel importante en la regulación del estado de ánimo”, explica Frank Felte.

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